lunes, 30 de junio de 2014

“La Tercera Posición de Perón es profundamente antiimperialista y tercermundista”

Entrevista a Stella Calloni

por Hugo Ruano

A cuarenta años del paso a la inmortalidad del General Juan Domingo Perón, la Periodista y escritora Stella Calloni subraya la matriz profundamente antiimperialista de la Tercera Posición del Justicialismo. Además, rescata hitos y Documentos históricos poco difundidos que expresan la “claridad meridiana que tenía Perón” en Política Exterior. El asilo al Che Guevara y las Cartas al General chileno Carlos Prats.


Cuando Perón le dio asilo a Guevara
Guatemala, 1954. El Gobierno de Jacobo Arbenz enfrenta un Golpe de Estado inducido por los Estados Unidos. Había tenido la osadía de implementar una Reforma Agraria que fue demasiado para la Multinacional United Fruits, y en consecuencia, para el Gobierno yanqui. En marzo de ese año, en la “Décima Conferencia Panamericana”, Estados Unidos busca legitimar la intervención militar contra Guatemala y consigue el apoyo de 17 países. México y la Argentina de Perón enfrentaron a la potencia imperialista y se abstuvieron frente a la moción de los EEUU. Guatemala, por supuesto, votó en contra y sostuvo con coraje su postura. Calloni rescata “la maravillosa presencia de los discursos guatemaltecos en esa Conferencia, son históricos.” En junio de 1954 finalmente se produce la invasión militar desde territorio de Honduras, con bombardeo incluido, y el Golpe de Estado contra el Gobierno democrático de Jacobo Arbenz -¿anticipo de los bombardeos a Plaza de Mayo de junio de 1955 con aviones que partieron del Uruguay?-. Perón dispone que la Embajada de la Argentina abra sus puertas para cobijar a la Resistencia guatemalteca. Nuestra Embajada llega a contar con 300 asilados, entre ellos, un joven médico argentino que simpatizaba con el Gobierno de Arbenz, Ernesto Guevara. En la medida que los asilados obtenían garantías respecto de su seguridad por parte del Gobierno golpista iban dejando la Embajada, entre ellos el joven Guevara. Otro grupo, de unos 120 luchadores, permaneció en condición de asilado hasta septiembre de 1954. Es sabido el potente impacto que produjo en Guevara y en los hermanos Castro la experiencia del Golpe contra Arbenz. Se iría forjando la conciencia de las dificultades que sufrirían los Gobiernos que se enfrentaran al Imperialismo en esa época del Siglo XX.
Investigadora tenaz y rigurosa, Calloni pone la lupa sobre este hecho: “Yo estoy investigando sobre las fuertes presiones que los EU ejercieron sobre el Gobierno argentino por el caso de Guatemala. Perón mandó buscar en avión a toda la gente que estaba en la Embajada argentina, porque le tenía mucha simpatía a Arbenz y a su obra de Gobierno. Perón trajo a los guatemaltecos y la reacción de EU fue darle un ultimátum. Entonces Perón decidió ponerlos presos para burlar esas presiones. Pero lo que nadie sabe es que se trató de un ardid, ya que la detención de estas personas no tenía ningún tipo de rigor, fueron muy bien tratados y gozaban de una prisión muy especial. Y había grandes personalidades entre los asilados guatemaltecos, como el Premio Nobel de Literatura, Miguel Ángel Asturias y el escritor y dramaturgo, Manuel Galich. Creo que Perón no tuvo otra salida, es decir, vio una amenaza de tal nivel que tuvo ese gesto para descomprimir. Esta es una de las muchísimas cosas del Peronismo que no se han estudiado, una de ellas, la referida a su Política Exterior.”

El General que sí tiene quien le escriba
Calloni supo revelar la trama de la “Operación Cóndor”: la coordinación de las estructuras represivas del Terrorismo de Estado a nivel Continental. Y luego, los mil y un modos en que los dispositivos de la inteligencia imperial generan Golpes de Estado, invasiones y la desestabilización de los Gobiernos que defienden los intereses de sus Pueblos en contra de los privilegios de las transnacionales. En su libro Los años del lobo: Operación Cóndor, rescata del olvido un Archivo Documental impactante: las Cartas que Perón le enviara al General chileno Carlos Prats, refugiado en Buenos Aires luego del Golpe de Estado de Augusto Pinochet del 11 de setiembre de 1973: “Cuando encontré estas Cartas, las encontré entre Archivos que habían ido para México. Las publiqué en "Los años del lobo…" porque dan cuenta de la claridad meridiana que tenía  Perón, y que muchos deberían leer. Y porque ahí se ve el motivo de que Prats resultara tan peligroso como para matarlo aquí en un operativo conjunto de los aparatos represivos de los dos países. No es casual que ese atentado conjunto en el que asesinan a Prats y a su esposa se produjo tres meses después de la muerte de Perón. Perón lo protegía y le pedía que se cuidara mucho. Creo que incorporar estas cartas nos va a ayudar a entender muchísimas cosas.”



Carta de Perón al General Prats, 24 de septiembre de 1973
Es prematuro sacar conclusiones de lo sucedido en Chile, pero debo afirmar con toda sinceridad, como hombre que se ha enfrentado a las más duras pruebas de la vida, que no puedo tolerar aquellos que tras pomposas consignas de Democracia, Paz y Libertad, esconden sus bajos instintos y pasiones inconfesables. Estos bárbaros de hoy mucho se asemejan a los de los trágicos días de septiembre de 1955 (fecha del Golpe de Estado contra el Gobierno de Perón). Nuestras vidas en cierto modo se asemejan, así como se asemejan los destinos de nuestros Pueblos hermanos, tantas veces sometidos al chantaje y a la presión de las fuerzas imperialistas, que no sólo han tratado siempre de destruir nuestros éxitos en los campos económico y social, y derrocar a los Gobiernos constitucionales, sino también de separarnos y enfrentarnos. Un gran abrazo: Juan Domingo Perón.

Carta de Perón al General Prats, Octubre de 1973
Comparto sus atinados juicios que una vez más me confirman la opinión de que ningún régimen nacido de un Golpe militar y sostenido por la fuerza es eterno. La historia lo demuestra, como sabe usted bien, en la vida de los Pueblos, como en la de los hombres, hay altos y bajos. Su Carta trajo a mi memoria lejanos recuerdos relacionados con Chile, que siempre ocupó un lugar importante en mi vida. Ya en el año 1949 firmamos en Chile un Tratado de Complementación Económica. Ese Tratado y esos contactos permitieron ver muchas cosas desde un nuevo ángulo. Ante ambos países se abría la posibilidad de establecer las bases a nivel Continental de una amplia y desinteresada cooperación sin injerencia de poderosas fuerzas exteriores. Esta negociación es parte de algo mucho más amplio, la creación de la Comunidad Económica Latinoamericana, proyecto del cual yo me vengo ocupando desde 1948. Esta Comunidad hubiese podido gestar un golpe a los intereses de aquellos que se estaban enriqueciendo a nuestra costa. De paso le diré que a Europa le faltaba recorrer un largo camino antes de lograr en 1958 su unión económica, la primera unión. Considero lo sucedido en Chile como un verdadero desastre. Espero que sea transitorio. Como un duro golpe a mis esperanzas de establecer, aunque sólo fuese en el Cono Sur, una zona de libre dominio de las Compañías extranjeras cuyos apetitos de rapiña son bien conocidos. A mi entender, este revés en el proceso revolucionario chileno servirá a los Morgan, Rockefeller y Dupont para desencadenar una vasta ofensiva en América Latina, no ocultando su júbilo ante el éxito obtenido en Chile. Por todos los medios tratarán de impedir en el futuro la repetición del avance democrático chileno. Cada vacilación, cada día perdido, cada paso atrás en la lucha contra la penetración imperialista representa para aquellos que descaradamente siguen explotando nuestra riqueza, enriqueciéndose como Usted dice, con todo, hasta con nuestra sangre y nuestra riqueza espiritual. Observe la rapidez con que se va extendiendo por el Continente la mancha inmunda que los Estados Unidos han dado en llamar su zona de influencia o zona de intereses industriales, militares y financieros. A veces fingimos ignorar que a la vista se apoderan de las tierras que labraron nuestros antepasados. Es sabido que poderosos monopolios norteamericanos se han adueñado de millones de hectáreas de las tierras más fértiles y obtienen miles de beneficios explotando el trabajo barato de los operarios latinoamericanos. Como regla general, el capital extranjero se apodera de nuestras tierras utilizando testaferros locales, o a través de  sociedades, con rótulos nacionales, sin preocupaciones de disimular ante la opinión pública sus actividades ilícitas (…) que no duden los Estados Unidos, sobre todo la IPP, la CIA y sus semejantes dedicados a combatir los más lícitos y nobles anhelos de nuestros Pueblos, que las cartas están echadas.

Carta de Perón al General Prats, 20 de noviembre de 1973
Comprendo su juicio de que el destino de un país depende principalmente de las relaciones del Gobierno con las Fuerzas Armadas, en una palabra, de la tendencia que predomina adentro de éstas. Es muy justo lo que Usted menciona sobre el proyectado plan de los Estados Unidos de modificar el estatuto de la OEA. Si los altos mandos de las Fuerzas Armadas latinoamericanas lo apoyan, tendremos que afrontar duras pruebas, ya que estas modificaciones, fiel a la formación de bloques militares en América Latina traerán como consecuencia la desunión, y permitirán a los yanquis instalar en el hemisferio su anhelado teatro de títeres políticos. Si llega a suceder, ni imaginarlo quiero, América Latina se atrasaría un Siglo en el camino de su Desarrollo y su progreso social. Esta perspectiva debe impulsarnos a poner en descubierto los pérfidos planes de Estados Unidos, sus intenciones inconfesables de pentagonizarnos, de convertir nuestros territorios en polígonos destinados a probar armas en plazas de armas que servirán a sus fines estratégicos.


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